Me encantan las madalenas saladas: son un aperitivo fantástico y sorprendente. Y lo mejor, muy fáciles de hacer.
Ingredientes:
250ml de leche
200ml de aceite de oliva suave
3 huevos
6 sobres de gaseosa (3 de cada color)
la harina que admita
un generoso trozo de queso gorgonzola
Pon la leche a calentar y añade el queso para que se integre en la leche. No dejes que hierva, sólo que se caliente para que el queso funda. Deja enfriar la leche.
En un bol pon la leche con el queso gorgonzola integrado, el aceite y los huevos y bate hasta tener una mezcla homogénea. Añade la harina lentamente y ves integrándola hasta conseguir la textura de las madalenas (cuando levantes las varillas, la gota debe quedarse unos segundos en la superficie y luego integrarse). Puedes añadir, si te gusta algo de orégano aunque con el sabor tan potente del gorgonzola prefiero dejar este sabor que emborronarlo con otros.
Añade los sobres de gaseosa y remueve.
Distribuye la masa en moldes de madalena y horna a 180º en un horno precalentado durante unos 25 minutos o hasta que veas que están hechas (puedes pinchalas y observar si el pincho sale limpio, señal que están hechas o no).
Y ya tienes un aperitivo sorprendente y delicioso.
Coste: barato
Tiempo: 45 minutos
Dificultad: mmmmm
¡A disfrutar!
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