La cena de nochevieja

Ya se que han pasado muchos días pero no me resisto a hacer un post sobre esa cena.

Tengo por costumbre cenar salazones. Me encantan y no es cuestión de comerlos muy a menudo, pero esa noche es una noche especial y bien se merece un homenaje de salazones. Este año los adquirí en Coloniales Huerta : buenas anchoas, lomos de sardina ahumada, huevas de atún y de maluca (lástima que no les quedaran arenques).

Eso si, acompañados por un buen cava o champagne, uno que resista la potencia de los salazones. Este año, de nuevo, he vuelto a elegir André Clouet, un champagne  potente, muy vinoso, con una burbuja suave y fina y un rotundo sabor que se lleva a las mil maravillas con los salazones.

Este año, además, me paseé por el puesto de Solo Queso en el mercado de Ruzafa y me dejé aconsejar por Bertrand para que me hiciera una pequeña tabla de quesos. Bertrand ciudadano francés afincado en nuestra tierra, buen entendido en quesos y vinos y que tiene una filosofía particular para su puesto en el mercado: buenos quesos españoles, difíciles de encontrar, artesanos y de excelente calidad, vinos para acompañarlos y crackers para redondear el bocado. Interesante propuesta.

De entre todos los que tiene (yo no hubiera podido elegir) y diciéndole que me gustan los quesos potentes, sabrosos, eligió los siguientes: Corazón rojo (queso de oveja de Valladolid) muy cremoso y más fuerte en nariz que en boca. Puigpedros (de vaca y de Girona): buen sabor, cremoso. Queixo do Xures (queso de cabra de Galicia): queso fuerte, de potente sabor que reñía en protagonismo con Rey Silo (queso de vaca de Asturias): profundo sabor, elegante. Buen bocado final de esta pequeña gama de quesos españoles. Con ellos me llevo un paquete de crackers de higo.