Las palmeritas saladas son un fantástico aperitivo: fácil, que queda siempre bien y delicioso de tomar. Esta vez improvisé con lo que había en la despensa de casa de campo de mi amiga. Me disculpo porque aunque la idea es buena y el sabor era fantástico, el hojaldre no subió como debe porque el horno era de leña y no conseguímos que subiera a la temperatura ideal para ello. Pero bien, estaban deliciosas y no descarto repetirlas para que tengan mejor aspecto.
Ingredientes:
Dos láminas de hojaldreuna lata de mejillones en escabeche
un bote de tapenade
huevo batido
Quita un poco del líquido escabeche de los mejillones y machacalos con un tenedor hasta hacerlos pasta. Desenrolla la masa de hojaldre y unta toda la pasta de mejillones. Enrolla de un lado y de otro para formar las palmeritas. Pinta el rollo con huevo batido.
Corta el hojaldre haciendo trocitos de un centímetro de ancho. Ve poniendo cada uno en una placa de horno. Vuelve a pintar cada una de las palmeritas con huevo batido.
Estira la segunda lámina de hojaldre y unta con tapenade. Enrolla cada lado para formar las palmeritas. Pinta con huevo batido y corta en trozos de un centímetro de ancho. Ve poniéndolas también en la placa de horno y pintalas con huevo.
Hornea a 200º hasta que las veas doradas. Puedes darles la vuelta para que tomen idéntico color por ambos lados. Si gratinas ten mucho cuidado porque se queman enseguida. Casi mejor dejar que se doren sin gratinar.
Coste: barato
Tiempo: media hora
Dificultad: ¿?
¡ A disfrutar!
¡ A disfrutar!
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