sábado, 26 de febrero de 2011

Crema de apionabo y nabo blanco

Tengo una buena amiga que vive en Morella (Castellón). Allí, además de otros negocios, se dedica a cultivar un pequeño huerto. Hace un tiempo que se ha convertido en vegetariana y, claro, de ahí a saltar a realizar sus propias verduras (y más teniendo posibilidades) ha sido uno. De su huerto y porque había que quitar la cosecha de los productos que tenía, me encontré con un apionabo (que no había visto en mi vida, pero que desde entonces lo veo por bastantes verdulerías de Valencia): en vez de aprovechar las pencas como se haría en el apio, en el apionabo lo que se consume es el bulbo, la raíz. Un bulbo grande, carnoso, de aroma reconocible a apio pero de un sabor algo diferente. 
Además me dio dos nabos blancos y un rábano algo crecidito. Con todos ellos me decidí por hacer una crema.
 
Ingredientes:

medio apionabo
2 nabos blancos
1 rábano (prescindible)

La elaboración, como la de todas las cremas, es sumamente fácil. 
Pela y corta en trozos todos los nabos y el apionabo. Pon una olla con agua y sal al fuego, añade los trozos de bulbos y deja cocer durante unos 40-50 minutos.
Pon los trozos de bulbos (no tires el agua de hervirlos) y tritura con una batidora. Prueba y corrige de sal. Añade caldo de hervirlos hasta conseguir la textura que desees. Puedes añadir un pequeño trozo de mantequilla para que tenga más brillo.
Puede tomarse caliente, templada o fría. Es una crema de sabor fresco, sorprendente. Muy delicada. Me gustó especialmente. Pensé en ponerle alguna especia pero decidí no añadir nada porque es muy aromática y su sabor era más que suficiente.

Coste: supongo que barato (nunca he comprado un apionabo)
Tiempo: una hora
Dificultad: ¿?

¡Bon profit!

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