Estamos en una época en la que rara es la casa en la que el marisco no ha hecho acto de presencia. De una de esas comidas opíparas decidí dejar las cabezas de mis gambas ralladas (¡¡con lo que me gustan!!) a salvo de succiones varias. Las conservé para hacer una prueba.
Sigo pensando en las posibilidades de la horchata y pensé que podría llevarse bien con el potente sabor de las cabezas de gambas. ¡Hecho!
Ingredientes:
Varias cabezas de gamba asadas
un poco menos de medio litro de horchata
En un cazo pon las cabezas con un chorrito de aceite para que vuelvan a subir de sabor (que no estén frías). Una vez comiencen a chispear, añade la horchata. Baja el fuego y deja que cueza todo junto durante unos 20 minutos. Si vieras que reduce mucho, añade algo más de horchata y vuelve a dejar hirviendo.
Aplasta un poco las cabezas para que suelten todo su sabor y cuela la salsa para quitarle todos los restos de gambas. Y ya tienes una salsa de gambas y horchata para distintos usos, como la receta que pondré siguiente a esta de alcachofas mar y chufa.
Coste: bueno, son restos
Tiempo: media hora
Dificultad. mmmmmmm
¡A disfrutar!
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