miércoles, 4 de septiembre de 2013

Migas

 Migas es una panadería situada en la avenida de Francia nº 22 de Valencia. Pero no una panadería cualquiera: tienen una forma de tratar el pan como un producto a mimar, algo simple, con procesos simples pero sin prisas, sin artificios, restando todo lo que no sea harina, agua y sal, como los panes de antes, con masa madre, pero con la modernidad que da el hacer panes diversos, con distintas formas y sabores pero sin perder de vista que el pan debe ser pan, sin más. Pau, su ideólogo, cree en lo que hace y eso lo transmite en toda conversación pero también el local y los productos lo transmiten. Tanto es así que no han dudado en poner el obrador a la vista de cualquiera que quiera observar su trabajo, verles tratar los panes que luego puedes comprar en su tienda. 
Cuando alguien se atreve a dejar a la vista su trabajo es porque sabe que trabaja bien, porque sabe que lo que podemos ver, nos va a agradar. Y están en lo cierto.

El día 19 de agosto, muy de mañana, tuve la ocasión de visitar por dentro y en plena faena esta panadería. 
Su filosofía es dotar a ese alimento tan cotidiano, el pan, de todo lo bueno: trabajar con buenas harinas ecológicas, masa madre, prefermentos, reposos prolongados de la masa (mínimo 12 horas en cámara), cuidando tiempos y temperaturas. Es devolverle la grandeza del pan pan.
Me presenté a las 5 de la mañana (hora que había pactado) para observar el trabajo de uno de los panaderos, Jose. Importante no molestarle, no hacerle demasiadas preguntas para que no perdiera su ritmo de trabajo. 
Todo está medido, todo controlado. Al llegar ya tiene la amasadora en funcionamiento (lleva un par de horas ya en el obrador), las masas que su compañero ha dejado reposando las está cortando, pesando y boleando. Ya tiene panes en el horno y en los intermedios entre unos panes y otros, un boleado y una cocción, completa los cruasanes rellenos, las focaccias, chocolatea los donuts y mide los ingredientes que añade a la amasadora para los nuevos panes. 
Verle trabajar tan ordenado, tan eficiente, tan medido, fue todo un placer. Ver sus manos bolear, formar bocadillos, verle tocar con suavidad los panes que estaban esperando para entrar en el horno, detectar si estaban en su punto...todo con una suavidad, como si tocara alhajas.
El resultado son unos panes de corteza crujiente, dorada, con una miga compacta, jugosa, gustosa. Verdaderas joyas.
         Lo que ameniza la jornada del panadero: una radio que no podrá negar donde habita.

Tener la oportunidad de observar a un profesional es algo que le recomiendo a cualquiera que, como a mi, le guste hacer panes en casa. Una experiencia inolvidable y, si se me ofrece la oportunidad, repetiré.
 Y este es el resultado de muchas horas de trabajo: un expositor lleno de panes ricos, de focaccias recién horneadas de cruasanes, donuts, tarta de manzana...Difícil elegir qué llevarme a casa.

domingo, 4 de agosto de 2013

All i pebre de rape



Y después de meses ausente, sin escribir, hoy es el día de vuelta. Si que he estado cocinando y haciendo pruebas, pero no me sentaba ni a retocar las fotos, ni a escribir. Bueno, ya estoy aquí y vuelvo con un plato impresionante.
 Este plato es muy conocido pero hecho con anguilas. Es un plato típico de Valencia, de las poblaciones cercanas a la Albufera. All i pebre hace referencia, en valenciano, a la salsa hecha a base de ajos y pimentón. Con anguilas es un plato delicioso pero no se queda atrás hacerlo con rape, pescado que aguanta bien la cocción. Pero dado que no tendremos la anguila que se encarga (su piel) de espesar la salsa, tendremos que espesarla de otras formas. Podemos, claro está, sacar una patata ya cocida y triturarla y volverla a introducir en la cazuela, de manera que espese de manera natural. Pero también podemos hacer un majado con pan frito, ajos y frutos secos. Este se encargará de espesar correctamente la salsa además de darle un toque extra de sabor.
Esta receta la estuve comentando con buenos cocineros como Eduardo Frechina, del restaurante Castillo de Godella, pero esta receta en particular es de la madre del marido de la hermana de una muy buena amiga. Si, parece un trabalenguas pero no. Vamos, que es de una señora que se ha dedicado a hacerlo en muchas ocasiones para agasajar a la familia.

Ingredientes:
3 colas de rape
2 patatas
Una cabeza de ajos
Dos rebanadas de pan
Puñado de frutos secos
Dos cucharadas pimentón dulce
Una de pimentón picante
Sal, aceite y agua filtrada


Freír un ajo y dos rebanadas de pan. Majar todo esto junto a los frutos secos y reservar.
Poner agua filtrada a hervir. Importante tener el agua hirviendo para cuando se vaya a necesitar.  En un olla poner los ajos con piel a freír en un buen chorro de aceite (antes de poner los ajos, poner un puñado de sal en el aceite para que no salte). Añadir el pimentón  y remover para que no se queme. Y rápidamente mojar con agua hirviendo. Dejar que hierva a fuego fuerte.
Añadir las patatas cascadas y el pescado troceado. Salar y añadir agua sin que lleguen a cubrir las patatas y el pescado. Una vez se ponga a hervir, bajar el fuego y dejarlo durante 20 minutos.
Una vez pasado el tiempo añadir el majado, remover con cuidado y dejarlo 3 minutos más.
¡Y a comer! Plato delicioso por la salsa, las patatas, el pescado...

 
Coste: barato
Tiempo: una hora
Dificultad: mmmm poquita

sábado, 9 de marzo de 2013

Fin de semana en Madrid: Espacio 33 y Gala

Este fin de semana ha sido de altura. Vaya que si. Espacio 33 es el restaurante situado en el piso 33 del edificio Torre espacio por lo que es el restaurante más alto de España. Las vistas desde sus enormes ventanales son impresionantes: con Madrid a los pies, te sientes volar. El restaurante pertenece al grupo " El Antiguo Convento de Boadilla del Monte". Me lo recomendó Mario Barrientos, chef y amigo. Y con su recomendación tuve bastante para saber que iba  a disfrutar mucho, mucho.

Manuel, el jefe de sala, nos recibe y ubica en una de las mejores mesas del restaurante, junto a las cristaleras.
La entrada al edificio es un poco complicada: en el mismo edificio hay 4 embajadas por lo que hay que pasar tantos controles como para tomar un avión. Además deben bajar a recogernos desde el restaurante y subir acompañados. Bueno, una vez superado eso, llegamos a un restaurante acogedor donde lo que se pretende es que la decoración sean las impresionantes vistas de que dispone.
El mismo Manuel nos oferta un menú de degustación para que probemos los platos que él considera que no hay que perderse en este restaurante. Aceptamos.
La cena la vamos a acompañar con un champagne: Andre Clouet Grand Reserva “Gran Cru" fantástico champagne potente, de burbuja fina y gran permanencia. Va a acompañar platos muy variados pero seguro se porta a la perfección.
Como aperitivos nos traen unos chips diversos (de remolacha, yuca...) y unas bolas de mantequilla a muy buena temperatura (textura pomada) acompañada de panes diversos y un bol con sal.
Comienza la cena.
Unos chupitos de crema de calabaza y trufa rallada que nos entonan y atemperan nuestro cuerpo (hace una noche gélida en Madrid, aunque en el restaurante la temperatura es más bien alta).
Crujiente de queso y jamón ibérico: buen entrante templado.
Terrina de foie casero con tosta de cake y chutney de calabaza: impresionante foie que con el chutney se convertía en una delicia.
Pulpo asado sobre patata revolcona. El pulpo tierno, sabroso. Las patatas...sin palabras, con un toque picante que junto al pulpo creaban un matrimonio perfecto.
Y llegamos a los platos fuertes. El de pescado salmonete con txangurroy calabazín. Plato contundente por la rotundidad del txangurro. El salmonete delicioso y en su punto.
El de carne Jarrete de ternera con su puré de patatas. Carne tierna, supertierna, sabrosa. Lástima que no llegamos a disfrutarlo porque el apetito hacía platos que nos había abandonado.
Nos tomamos unos cafés e infusiones para rematar bien la cena y con ellos vinieron un pequeño detalle en forma de dulces: unas láminas de chocolate negro (que no perdonamos) y unos daditos de una tarta de queso (creo porque no la probé).
Soberbia cena en las alturas de Madrid. Para volver un día claro, sin nubes, para apreciar Madrid desde las alturas con toda la claridad del día.

La siguiente noche fuimos a una cena maridaje en el restaurante Gala, local coqueto, pequeño y muy acogedor.

Como detalle de la casa unas chips de patata. En seguida viene una crema de calabaza (es la temporada, cosa que me alegra. Me encanta la crema de calabaza).
Sandwich de foie entre brioche tostado: rico foie y muy buen brioche. Viene acompañado de un vino dulce que le va estupendamente al foie (si, claro el Sauterns le hubiera ido mejor).
Ricas croquetas de cigalas: muy buenas y de buen tamaño. Les acompañan un vino blanco bastante correcto (me disculpo por no recordar los nombres y además ¡ni hice fotos! Es lo que tienen las cenas con amigos que hablando hablando me olvido de la mitad de las cosas).
Erizo gratinado: potente, sabroso. No dejamos nada de nada.
Y los platos fuertes: solomillo con ajos (tierno, sabroso) y steak tartar (bien aderezado con buen punto de picante). Con ellos viene un vino tinto que es el mejor de toda la cena.
El postre era una tartaleta de manzana con helado de canela. De toda la cena fue lo más flojito. Acompañandole viene
Reymos (de este si me acuerdo). Aunque algunos de los comensales preferimos seguir con el tinto (demasiado dulce el Reymos para acompañar a un postre).
Buena cena, divertida y con buena relación calidad precio.

domingo, 3 de febrero de 2013

Buñuelos de garbanzos

Como aperitivo o entrante, estos buñuelos son originales y suelen gustar a todo el mundo. Recuerda preparar algunas salsas frías o calientes para darles más gracia (salsa de yogur, de tomate, salsa ligera de mostaza o simplemente una crema agria quedarán perfectos).

Ingredientes:
un bote de garbanzos cocidos
tomate rallado natural
mezcla de especias (algo de chile, cominos, cúrcuma, pimienta, sal etc)
canela
cilantro fresco
levadura química
agua con gas
harina
aceite para freír

Lo primero preparar la masa de los buñuelos. En un bol pon los garbanzos bien escurridos y lavados y machacalos hasta que sean una pasta. Añade el tomate rallado, la mezcla de especias (en mi caso disponía de una mezcla de especias turcas especiales para las verduras. Eso he utilizado pero puedes hacerte una mezcla recordando poner cominos y cúrcuma para darle ese toque oriental a estos buñuelos. Me corrigen :(  Esta mezcla de especias no es turca, es india. La trajeron unas amigas desde allí en un viaje de verano. ¡Cachis! esta memoria...) y una cucharada de canela. Sigue mezclando todo bien.
Lava y corta el cilantro y añade a la masa de los buñuelos. Remuevela bien. No he añadido huevo (que le iría fenomenal) por mi amiga que es vegana e intento que no se salga demasiado de su alimentación.
Así que el rebozado se lo haremos también sin huevo: mezcla en un bol una medida de agua con gas (o soda) una cucharada de levadura química y la harina hasta conseguir una pasta ligera.
Forma bolas con la masa de garbanzos e introdúcela en la pasta de rebozar. Fríe en abundante aceite y cuando este esté a buena temperatura. Cuando las saques, ponlas sobre papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.
Y ya los tienes.

Coste: barato
Tiempo: una hora
Dificultad: ¿le ves alguna?

¡Bon profit!

viernes, 11 de enero de 2013

Proyecto: 2013 Año Internacional de la Paella

PROYECTO: 2013 AÑO INTERNACIONAL DE LA PAELLA

logo#2013AIP
OBJETIVO:
Conseguir la mayor difusión y adhesiones al DECÁLOGO 2013 AÑO INTERNACIONAL DE LA PAELLA donde se detallan los valores y la importancia de la paella valenciana en el panorama gastronómico global.
INFORMACIÓN:
* Se trata de un proyecto sin ánimo de lucro abierto a todos los ciudadanos, empresas, entidades, asociaciones e instituciones valencianas cuyo fin es la defensa y promoción de la paella valenciana junto a sus valores culturales, gastronómicos y de producto.
* La iniciativa surge de forma espontánea a través de diferentes plataformas en las redes sociales para poner en valor la paella, tal y como se entiende e interpreta en Valencia.  Porque si se habla de Paella Valenciana, algo tienen que decir los valencianos.
* El proyecto no propone restricciones sobre los ingredientes que se utilizan en la elaboración de la paella a un número determinado, ni tampoco excluir ningún producto empleado habitualmente en una zona o comarca en cuestión, siempre atendiendo a los criterios de estacionalidad o tradición. “Es paella valenciana la que se hace en tierras valencianas como manda la costumbre”.
* Que un “arroz con cosas” esté bueno no implica que sea paella valenciana. Por ejemplo, una pizza tropical con trozos de piña y jamón no es una pizza Napolitana.
 
Podeis seguir más informaciones en el blog de Paco Alonso

(*) Podéis dejar constancia de la adhesión al proyecto dejando vuestro comentario en este blog y compartiendo los logos y el decálogo en vuestras plataformas/perfiles/web.

domingo, 6 de enero de 2013

2013 Año Internacional de la Paella

El grupo PIG al que pertenezco (Plataforma de Intercambio Gastronómico) y con Paco Alonso a la cabeza (el promotor y creador del grupo) hemos declarado el 2013 como el Año Internacional de la Paella: queremos promocionarla, hacer de ella un emblema del que estemos orgullosos pero sin perder el buen humor. Dado que es un plato internacionalmente conocido ya es hora que digamos qué es, cómo se hace y cuales son los ingredientes que tradicionalmente se utilizan.
Os dejo un enlace donde se ponen las primeras piedras de lo que esperamos sea un proyecto que consiga poner en valor nuestro plato más renombrado: la Paella.

¡Bon profit!

sábado, 5 de enero de 2013

Bocaditos de patata y cebolla (receta vegetariana)

Este es un aperitivo fácil, fácil y que os prometo que es muy resultón. Pese a la casi ausencia de huevo en boca sabe a una deliciosa tortilla de patatas y cebolla. La receta en esencia es la que voy a poner pero hice variaciones que hacen que aún resulten más deliciosas, eso si, dejan de ser vegetarianas: ponerles en el centro un poquito de chorizo (un corazón de chorizo en medio de la bola....¡queda deliciosa!) pero también puedes poner pimiento asado o cualquier otra cosa para darles más sabor o simplemente para hacerlas variadas.
Pero vamos a la receta básica.

Ingredientes:

3 patatas grandes
3 cebollas grandes
2  huevos
aceite de oliva, sal, pimienta, cebollino, harina y pan rallado.

Lo primero pelar y cortar la cebolla en trozos bien pequeños y las patatas pelarlas y cortarlas bien finas (ayúdate con un pelador de patatas para que te salgan muy finas, transparentes).
Pon al fuego una buena sartén profunda con un buen chorro de aceite de oliva. Cuando esté caliente añade la patata y la cebolla cortada. Ponle sal y pimienta y deja que se haga lentamente. Mueve constantemente para que la patata se rompa y se vaya formando una pasta.  No tengas prisa, deja que se haga lentamente.
Una vez esté casi hecha, añade cebollino cortado en trocitos pequeños.
Ponlo en una fuente y deja que se enfríe. Puedes hacerlo de un día para otro y reservala en la nevera.
Preparate varias fuentes: una con harina, otra con dos huevos batidos y una tercera con pan rallado en abundancia. Si  vas a ponerles un corazón de chorizo, morcilla, pimiento asado, queso o lo que se te ocurra, prepara un plato con trocitos pequeños para que no tengas que entretenerte en cortar. Pon también una fuente limpia donde irán las bolas preparadas.
Y comenzamos: haz bolas de unos 3/4 centímetros y déjalas caer sobre la harina. Una vez bien enharinadas y quitada la harina que le sobra, ponlas en el huevo y rebózalas bien. Por último a la fuente del pan rallada. Rebózalas bien y ponlas en la fuente limpia. También puedes llegar hasta aquí y dejarlas durante unas horas hasta la hora de freirlas. Así vas adelantando trabajo en el caso que te decidas por hacerlas.
Puedes hacerlas todas para luego ir friéndolas en tandas (así te pringas las manos de una vez y luego a freír tranquilamente). 
Fríelas en abundante aceite caliente y doralas bien por todas partes. Déjalas sobre papel absorvente para que no queden con excesivo aceite. Y ¡ya las tienes! Puedes servirlas calientes o templadas y puedes servirlas con alguna salsa: ajo aceite, salsa española, un buen tomate frito o lo que se te ocurra.

Coste: barato
Tiempo: un par de horas
Dificultad: mmm una poquita para formar las bolas

¡Bon profit!