Así que vamos a ello. Si nunca has manipulado masa filo, te avanzo, es un poco engorroso. Son láminas muy finas que debes ir engrasando una a una para poder jugar con ellas, que no se sequen y, por lo tanto, no se rompan. Aún así, no te preocupes. Una vez horneada, queda crujiente y fantástica (aunque el sabor, recuerda, se lo proporciona con lo que las engrasas y lo que pongas en contacto con ella o en su interior.
Láminas de masa filo
Mantequilla derretida
Cuatro peras conferencia (no muy maduras)
Queso brie (láminas)
Un huevo batido con un poco de leche (le puse bebida vegetal de almendras)
Trocitos de queso Gorgonzola
Engrasa una fuente donde vayas a colocar el pastel. Engrasé con mantequilla que ya tenía derretida pero podrías hacerlo con aove.
Comenzaremos con preparar las peras y quesos para que no se seque la masa filo esperando a que esto lo tenga preparado.
Parte las peras por la mitad y descorazona cada mitad. Luego corta en láminas de medio centímetro.
Parte láminas de queso brie de menos de medio centímetro.
Una vez tengas todo esto preparado, vamos con la masa filo.
Con una brocha, pincela una lamina y haz una acordeón con ella. Disponla en la fuente. Repite esto hasta que hayas terminado todas las láminas.
Dispón las láminas de pera y quesos a tu manera. Cuanta más cantidad pongas, más sabor tendrá el pastel.
Bate el huevo con un poco de bebida vegetal (o leche). Añade queso gorgonzola en trocitos y vierte todo esto sobre el paste, intentando repartir bien.
Al horno durante 35 minutos a 180º pero vigila que no se quemen por arriba.
Es un pastel aparente que está delicioso por el contraste de texturas (crujiente y cremoso) y los sabores (algo dulce y queso).
Espero que lo hagas y lo disfrutes.
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