Andando por las estanterias de un hiper me encontré con una conserva que hacía años, muchos años que no había visto (tal vez porque no la había buscado pensando que no existía): el higado de bacalao ahumado en aceite.
Esta conserva solía traerla a mi casa como algo deliciso, y así me sabia a mi, una tia que trabajaba en Francia por lo que sus venidas a casa, en lo que a comida se refiere, siempre eran excitantes por diferentes: quiche, gelatinas, chocolates rellenos, conservas de cosas que no eran atún ni anchoas. Me encantaba probar sabores y texturas diferentes. Y en parte a ella y a sus 'sorpresas', y cómo no a mi mami, debo esta adoración por la cocina.
Sin pensarlo eché una lata a mi cesta y pensé hacerme un sandwich con su contenido.
Ingredientes:
Pan de molde de cinco cereales o similar
pepino en rodajas muy finas
higado de bacalao ahumado
virutas de grana padano
La textura del higado es parecida a un paté muy cremoso y su sabor es muy intenso a pescado por eso el ponerle algo fresco pero con sabor, como el pepino. También le iría fantástico la lechuga o los canónigos. Lavar el pepino y cortarlo a rodajas finas: yo he decidido no retirarle totalmente la piel para que diera color al sandwich.
Untar el higado en una rebanada de pan, colocar las rodajas de pepino y poner por encima las virutas de queso.
Coste: barato
Tiempo: apenas unos dos minutos
Dificultad: .....
¡A disfrutar!
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